domingo, 19 de julio de 2020
Capítulo 34
Y el "afortunado" es...Toni.
Toni llora. Se derrumba al descubrir que él es el padre del hijo de Carmen.
--¿¿porqué yo??
Toni está totalmente destruido. Kylian y Juan lo apoyan. Cada uno de un lado le pone la mano en los hombros. Lo mira con mucha compasión porque saben perfectamente lo duro que es para él esa necesita ya que a ellos se les ponía la carne de gallina al pensar que ese hijo que llegará en pocos meses pueda ser suyo. Los otros cinco celebran la noticia, miran al abatido Toni risueños y se van. Carmen se guarda el sobre. Mira a Toni con frialdad y le dice antes de irse:
--sabrás de mi.
Toni siente que su vida ha acabado... Juan y Kylian lo quieren apoyar...
--vamos a tomar algo... los tres juntos--le dice Kylian.
Juan dice:
--es que yo quiero ver mi novia.
Juan se ha sacado un peso de encima y quiere celebrarlo con su novia. Aunque a Toni le da un poco de rabia que después de los días que han pasado Juan pase de él tampoco es algo que le sorprenda. Toni no quiere ser una carga y se va solo.
--no creo que sea oportuno --le dice Kylian.
Muy triste, Toni dice:
--es la vida que me ha tocado vivir, me tengo que acostumbrar.
Toni se va resignado. No sabe qué es lo que va a hacer con su vida. Precisamente se encuentra con una tienda de ropa de bebé. Sabe que el bebé no tiene la culpa de nada, pero le da mucha rabia tener que cargar con un hijo por algo de lo que él no tuvo la culpa. Apoya la cabeza contra los cristales:
--¿¿y ahora que voy a hacer??
Camina como un zombie. De pronto algo hace que su cara se le ilumine. Juanfra viene hacia él con una amplia sonrisa, con un look muy playero. Unos pantalones cortos que le remarcan un culo precioso, unos muy buenos genitales. Además con una camisa muy ceñida al cuerpo. Al verlo se le olvidan todas sus angustias. Aunque fisícamente le atrae, no sabe porque pero lo siente diferente que con Juan. Los dos se miran con intensidad. Se gustan.
--¿¿que tal?
La sonrisa seductora de Juanfra derrite a Toni. Éste se encuentra demasiado mal como para fingir. Juanfra lee el deseo en él y es algo que le sorprende, que le gusta aunque no se lo esperaba. Aunque siempre lo deseó nunca pensó que Toni pudiera tener su lado gay. A Toni le asusta la cara de sorpresa de Juanfra. No se da cuenta que Juanfra lo que desea es llevárselo a la cama en ese mismo instante. Aunque está seguro que no se equivoca, aunque nunca le tembló el pulso para conseguir lo que desea, no sabe porque pero con Toni no encuentra las palabras justas para abordarlo. Toni tiene miedo de haber ofendido a Juanfra. Con el hijo de Carmen en camino lo que menos le interesa es que ahora Juanfra le haga un escándalo al descubrir que es gay. Así que lo único que se le ocurre decir es:
--voy a ser papá.
Toni trata de mostrar alegría. Este anuncio ha atravesado el alma de Juanfra como si fuera un puña. Es una noticia que duele a Juanfra, se rompe sus esperanzas de tener nada con él. Juanfra tiene que disimular que esa noticia le produce dolor, que se queire llevar a la cama al futuro papá.
--felicitaciones.
Los dos se miran con intensidad. La mirada del uno golpea el alma del otro. No sabe qué hacer. Juanfra lo abraza. El uno se estremece en brazos del otro. Ninguno de los dos tiene muy claro lo que está sintiendo pero no están dispuestos a averiguarlo porque les da demasiado miedo las consecuencias. Y Juanfra le devuelve la noticia, no quiere ser menos que él:
--sabes... me caso.
Y los dos amigos se desean felicidad pero con una cara que dice que lo que sus cuerpos desean es acostarse juntos. Les gusta estar juntos pero también les lastima porque la mirada del uno abrasa al otro, porque les cuesta mucho frustrar que se gustan. De nuevo se abrazan y es que ambos quieren sentir de nuevo el placer de tocarse, de sentir el cuerpo del otro, es un placer que también duele.
--nos vemos... que te vaya bien.
--gracias que te vaya bien.
Son unos deseos aunque sinceros pero tristes porque no se quieren separar. Se van cada uno por su lado. Juanfra es el primero que se gira. Lo mira con pena, con deseo. Le gusta y mucho.
--es una lástima.
Está un buen rato mirándolo con la esperanza que Toni se gira pero no lo hace. Al llegar a la esquina es cuando Toni se gira, necesita mirarlo por última vez. Ve desaparecer su culo, ese culo que lo llena de deseo.
--es una lástima.
Aunque no está seguro que Juanfra de ser gay le pudiera dar algo más que sexo, a Toni le da pena no poder comprobarlo. Va a su casa. Se da una ducha. LLora pensando en Juanfra, en ese hijo con el que no sabe que hacer. Sale de la ducha totalmente desnudo. Tiene el teléfono de Emilio sobre la mesa. Sabe que lo tiene que llamar, que Emilio se merece una explicación pero le da demasiada flojera porque lo que menos quiere ahora es a su lado una persona tan dependiente como Emilio. Sólo de pensarlo le agovio. Mientras Juanfra sale de la ducha. Muy triste. Piensa en Toni. Constantemente recuerda lo que gozó de su cuerpo desnudo y le duele tener que quedarse con las ganas. Aunque está seguro que es sólo algo físico que pasaría al punto que se acostara con él algo que ya sabe que no pasara y le duele Juanfra no puede evitar que los celos lo consuman porque Toni será papá. Es la primera vez que un chico que le gusta tanto se le niega y no le gusta. No lo acepta pero sabe que no le toca de otra. Está seguro que Toni nunca se acostaría con un hombre y tampoco quiere hacer algo que lo delate, no quiere que se vaya a extender el rumor que tiene un lado gay. Se viste, se pone muy guapo. Se perfume. Luce muy atractivo. Lidia casi se desmaya al verlo. Le gusta mucho. Lo ama. LO abraza, se agarra a ese trasero que la enloquece y lo besa con pasión. Juanfra la mira con su mejor sonrisa. La acaricia mientras le dice:
--escuchame bien.. sé que te parecerá una locura pero... ¿¿te quieres casar conmigo?
Esta petición ha tomado de imprevisto a Lidia. Todo se esperaba menos esto.
--¿¿qué dijiste?
Juanfra necesita aferrarse a ella para que no le duele tanto la frustración de no haberse acostado con Toni. Lidia está perpleja. Nunca pensó como algo real casarse con Juanfra en un futuro cercano.
Emilio está triste en su cama. Cuando no trabaja pasa las horas en la cama, sin hacer nada. Con unos recuerdos de Juanfra y Toni que le gustan y le lastiman. Su abuela le dice que tiene una llamada.
--¿¿para mí?
Emilio esta sorprendido. Jamás nadie lo ha llamado.
--sí?
En su voz se nota la sorpresa que alguien lo esté llamando. No imagina quien puede ser. La voz de Toni suena del otro lado.
--soy Toni... ¿nos podemos ver?
No hay rencor, hay amor. Emilio salta de una pata.
--¡¡si, ahora voy para tu casa.¡
Toni tiene ganas de caminar. Se encontrarán a mitad de camino. Toni ha notado a Emilio demasiado entusiasmado. A éste ya se le ha olvidado que Toni se fue sin decirle nada, Toni está nervioso. Sabe que será dura la ruptura y es algo que no le apetece pero que tiene que hacer. Toni ha preferido citarse con Emilio en la calle para que éste se controlo un poco. No le apetece tener que besarlo. También confía que así Emilio se controle. Aunque luego se arrepiente, Emilio es demasiado impulsivo. A medida que Toni se va acercando al lugar del encuentro su miedo va en aumento. Nada más verlo Emilio se le tira en los brazos.
--mi amor... --le grita.
Toni en seguida se lo saca de encima.
--¡¡estamos en un lugar público... o te controlas o me voy¡ --dice Toni con un tono de voz duro.
Emilio lo mira lloroso:
--yo te he echado de menos... hubiera preferido verte a solas.
Toni le toma de la mano. Siente compasión por él pero tiene demasiado problemas como para sumarles Emilio. Se sienta en un banco.
--¿qué tal te fueron los examenes?
--No me presenté.
Toni lo mira regañón:
--¿y eso? estudiaste duro.
--sin ti no tenía sentido --le reprocha.
--a mí no me hagas responsable de tus actos --le regaña Toni-- no tenía ninguna obligación contigo. No me hagas lamentar haberte metido en mi vida.
Esto es un duro golpe para Emilio.
--¡¡no me puedes decir esto¡
--Emilio --le dice Toni fraternal-- tú no eres lo que yo necesito... No puedo cuidarte como si fueras un niño chico que parece que es lo que tú buscas en un hombre... Para niños tengo a mis sobrinos.
--eres injusto. Me dejaste --le dice Emilio lloroso.
--Lo sé, pero es que tú quieres cosas de mí que yo nunca te voy a poder dar --le dice Toni muy incómodo y con ganas de acabar con ese trance.
Emilio se desespera:
--¡no me dejes... yo quiero estar contigo... yo haré lo que sea¡
Toni siente vergüenza porque hay gente que los está mirando.
--Emilio, comportate o me voy...
Emilio llora:
--¡¡no me puedes dejar¡
Toni se levanta con la intención de irse pero Emilio lo abraza. Se aferra a él:
--¡¡no me dejes... haré lo que me digas, no me dejes¡
Toni está muy impresionado por la suplica de Emilio que está incluso dispuesto a pedírselo de rodillas. Toni siente mucha pena de él. Le duele dejarlo.
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