domingo, 19 de julio de 2020

Capítulo 37 y último.



Toni es un gran apoyo  para Juanfra que desea vengarse de Lidia. Toni lo controla. 
--a nuestros hijos. A Nosotros. A todos nos conviene que las cosas se hagan en paz.
Se divorcia de Lidia de forma pacífica. Ella se queda con la casa a cambio que le deje ver a la niña sin problemas. Toni deja su casa a nombre de su hijo a condición de poder verlo. Como simples amigos Juanfra y Toni alquilan un apartamento juntos pero en realidad la pareja desde ese momento comparte cama. Lo comparte todo.  









Años después...
Juanfra ha sorprendido a Toni con una cena romántica. Se miran con amor, se acarician las manos.
--¿a qué a venido esto? --le pregunta Toni.
Juanfra le sonríe:
--¿porque tiene que venir por algo?
--porque te conozco ¿qué me quieres pedir? 
Toni sonríe mucho, Juanfra es muy amoroso. Los dos están muy felices juntos. Como quien no quiere la cosa, Juanfra dice:
--oye, te propongo una cosa... ¿porque no nos casamos?
--¡estas loco¡ --dice Toni entre incrédulo y feliz.
Juanfra le guiña el ojo:
--es un si?
--si... --susurra Toni emocionado.
La pareja se besa, se abraza muy apasionadamente. Juanfra lo acaricia y con mucho amor le dice:
--por cierto... te quiero.
Estas palabras entra muy a dentro de Toni:
--por fin, nunca me lo has dicho y yo te quiero tanto.
La pareja se acaricia con la mirada, se toma de las manos. Se miran con amor:
--bueno pero te lo he demostrado . has sido el único chico al que no he dejado. Eres el único con el que no he perdido interés tras conseguirlo. Al contrario cada día te necesito más.
Los dos se miran seductores:
--gracias, gracias por todo lo que me has dado en estos años.
--y los que nos quedan.
Los amantes dan unas cuantas vueltas de amor. Luego mientras se visten, Toni le pregunta:
--pero ¿estás preparado para lo que dirán todos?
--lo nuestro es un secreto a voces.
--¿y nuestros hijos?
-¿crees que no lo saben? No son tontos. Ya no son unos niños. Además Lidia vive con una mujer y Carmen cambia de marido como de bragas... Nuestros hijos están acostumbrados a todo.
Aunque los dos tienen algo de miedo de enfrentarse al mundo por su amor están juntos. Eso es lo que les importa. Tomados de la mano salen al mundo dispuestos a no esconderse más...


Emilio es un hombre amargado. Vive sin amor y sin sexo.  En realidad al amor no. Aunque no sospecha que es la pareja de Juanfra, Emilio ve a veces a Toni de lejos hablando con el móvil. Lo ama igual que siempre. Sabe que Juanfra ya no vive con Lidia pero es todo un shock para él ver por la ciudad como una boda más el típico papel con la foto del matrimonio diciendo tal y tal se casan... Nunca le llaman la atención, pero reconoce a Toni. Se queda helado al ver que la persona con la que se casa es Juanfra... Esto es un shock para él...
--¿¿¿que burla es esta??¡

Emilio sufre un ataque de celos al descubrir que sus dos grandes amores van a contraer matrimonio. Asiste a la ceremonia  para interrumpir boda pero los ve tan felices haciendo sus votos matrimoniales tomados de la manos que no se atreve. Se va justo en el momento que se intercaombia los anillos. Los espera en la calle aunque  se queda al margen. Toni y Juanfra se besan. El matrimonio jamás pensó poder ser tan feliz y es que cada día están más  enamorado. Juanfra que siempre jugó con los hombres jamás se imaginó casado con uno. Por su lado Toni al fin ha logrado encontrar un hombre que le dé el equilibrio entre amor y sexo. Salen del ayuntamiento en medio de una lluvia de arroz iniciada por el hijo de Toni, a su lado la hija de Juanfra. Los dos son adolescentes. Se gustan. Toni y Juanfra piensa incluso en que tal vez en un futuro su sangre se una en un nieto algo que les haría mucha ilusión. Emilio siente un gran dolor al ver al matrimonio tan feliz. Toni ve a Emilio. Le duele su dolor. Juanfra y su esposo se acercan a Emilio.
--creo que tenemos que hablar.
Con mucho dolor Emilio dice:
--¿¿y cómo me tengo que tomar que el primer hombre con el que me acosté y el primero que me besó sean matrimonio?
El matrimonio tomado de la mano habla con Emilio. Los tres están ajenos a los invitados. Toni fulmina con la mirada a su marido pero tomado de su mano le dice a Emilio:
--no te queríamos hacer daño. Nos enamoramos. --Toni.
--Eso pasó hace muchos años. El primer hombre en tu vida no fui yo. Estabas borracho y te quedaste dormido. Yo tuve sexo pero no contigo. Todo fue una broma. No creía que le darías tanta importancia --Juanfra.
El saberse a su edad aún virgen es casi tan impactante como la boda. Toni tiene miedo de la mirada de Emilio. 
--por favor, déjanos ser felices. Sé que te hicimos daño. Es hora de olvidar el pasado. Si una vez me quisiste dejame ser feliz --le suplica Toni.
Emilio no tiene ganas de explicar que su único pasado son ellos y su presente, que es virgen, que sólo un hombre lo ha besado. Con mucho dolor le dice a Toni:
--una vez lo dije, anteponia mi felicidad a la tuya. Olvidaos de mí. Sed felices.
--¿estarás bien? --Toni con angustia.
Emilio fuerza una sonrisa
--si claro.
Emilio está algo aturdido. Su Soledad y la ausencia lo consume. Siempre quiso que su primera vez fuera especial, quería que fuera Toni o nadie. Le dolía haber roto su sueño. Ahora resulta que es virgen. Un invitado guapo. De pelo blanco pero muy guapo. Le coquetea.  Es toda una tentación para Emilio. Se va con él y el matrimonio prefieren creer que Emilio estará bien para no estropear su felicidad. Llegan  al hotel. Ambos desean llevar al otro en brazos. Así que entran dos veces para que los dos pueden llevar y ser llevados por el otro en brazos hasta la cama. Luego con felicidad, con muchos te amo hacen el amor. Mientras Emilio rechaza al canoso. Sí. Desea tener una verga en su boca. Sí, no desea ser virgen pero no quiere que un desconocido sea el primero. No quiere que nadie besa sus labios. No quiere que nadie lo toque. Quiere morir tal y como lo dejó Toni. El paso de los años acentúa las arrugas de su rostro, un rostro marcado por la amargura, la amargura de una soledad, de un amor frustrado, una virginidad que lo consume por dentro... Mientras la felicidad de Toni y Juanfra aumenta a la vez que envejecen siempre rodeados de sus hijas, tres niñas chinas que adoptaron  con las que han vivido la dicha de ser una familia de verdad, unas niñas que han aumentado su felicidad siempre teniendo cerca a sus hijos de sangre. 



Varios años después... un anciano deja una rosa blanca en la tumba de Juanfra. La fecha de la lápida marca que murió casi un año antes. Unas lágrimas deslizan por el rostro de ese anciano.
--Gracias por amarme. Has sido el mejor compañero que la vida me haya podido dar.
Han sido 49 años de feliz matrimonio. Toni visita la tumba de su amado justo en sus bodas de oro. Lanza un beso a esa tumba.
--esperame, mi amor .
El anciano entra en un coche. Lo conduce una mujer oriental. Hay varios niños.
-estás seguro papá? Entre las tres te podemos cuidar.
Pero Toni no quiere ser una carga para sus hijos
--estaré bien. Haré amigos. Espero que me visitéis.
Los niños besan a su abuelo. Le prometen que ellos y sus primos irán a verlo mucho. Toni sonríe feliz.  Aún puede valerse por sí mismo pero no quiere vivir solo ni ser una carga.

Toni es muy abierto y hace amigos enseguida en la residencia.  Hay un hombre en el jardín aislado de todos. Va en silla de ruedas. Tiene la mirada perdida.
--Es el loco --le dice un compañero.
--Loco? No estaría aquí si fuera loco.
-Es un amargado. Nadie lo visita y él no habla con nadie. Habla solo. Por lo que he oído esta amargado porque es virgen.
Y se ríe.
--bueno si él así lo decidió... --dice Toni.
--Si siempre ha sido así  de raro y loco no me extraña que sea virgen. Se ve que aún piensa en un chico que amó en el instituto y eso que sólo se besaron. Nunca conoció a nadie después. No sé si ya estaba loco o enloqueció y Soledad y falta de sexo
Toni lo mira inquieto.
--¿Y como se llama?
--Emilio
Toni siente que el corazón le palpita en una mezcla de emoción y culpa.
Se acerca a él. Agarra una silla y se sienta enfrente. Le duele lo que ve. Un hombre acabado. Ausente.
--Emilio. ¿Eres tú?
Emilio conoce esa mirada. Esa sonrisa. Se le ilumina el rostro. Suspira.
--Toni.
Toni le agarra de la mano feliz por la coincidencia.
--¡¡No me o puedo creer¡
Emilio sigue siendo un niño desvalido que busca cariño y protección y nunca lo ha tenido. La efusividad de Toni borra la amargura de Emilio. Toni está muy contento. No había vuelto a saber de él.
--¡¡Que alegría, Emilio¡¡
Toni lo abraza y lo siente temblar como si fuera un adolescente. Nadie lo había vuelto a abrazar. A Toni le duele ver el vacío que hay en el alma de ese hombre pero se da cuenta que él lo llena. Es la primera vez que Emilio sonríe en décadas. Toni se aferra a su mano.
--Perdóname... ahora estoy contigo. No me voy a separar de ti.
Y Toni lo sigue tratando como si fuera su hermano pequeño y es que no lo puede ver de otro modo.  Se miran con emoción y unen sus frentes. Unas lágrimas deslizan por las mejillas de Emilio  y Toni se las seca con sus manos. Le sonríe.  No le ofrece un romance. No es algo que quiera ninguno de los dos pero si esa amistad especial que lleva toda su vida esperando. Se miran con profundidad y se hacen una promesa sin hablar. Acompañarse y estar juntos lo que les quede de vida.
Fin.

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